Haciendo un poco memoria de las primeras clases de
una nueva asignatura a la que nos enfrentábamos a mediados de septiembre, lo
primero que recuerdo es que cuando ví el nombre de la asignatura, no me resultaba muy atractiva ya que sólo con leer la palabra “Literatura” me recordó
las largas y aburridas horas de memorización de autores, obras, argumentos,
movimientos, definiciones, características, figuras literarias y demás
conceptos estudiados en nuestros últimos años escolares. Para mi sorpresa, la
asignatura no tendría nada que ver con aquellos recuerdos. Pese a las bases
teóricas que has de adquirir al introducirte en un tema, esta introducción ya
era diferente a las demás. Escuchar que podríamos definir literatura como el
arte de la palabra me sorprendió gratamente. A decir verdad, escuchar esa definición me parecía que mi
concepción de literatura era nula. La literatura es un arte universal, ya que
hay literatura en todas las lenguas, tengan o no código escrito. Pero no
cualquier texto es literatura. Hasta esa clase yo creía que sólo lo “antiguo”
era literatura y que los “modernos” de hoy día habían recuperado ese término
para hablar de cuentos infantiles y juveniles.
Realmente estaba muy equivocada, ya que para aceptar
un texto como literario ha de tener una función poética, ser catalogada en uno
de los tres grandes géneros de la literatura como son el teatro, la poesía y la
prosa. A su vez un texto literario ha de tener una intencionalidad artística y
siempre es un texto ficticio. La única intención de un texto literario es crear
una obra y cumplir sus características.
En ocasiones podemos encontrarnos textos que cumplen
varías de estas características, lo cuales son conocidos como textos
paraliterarios. Estos textos según su intencionalidad pueden ser didácticos, es
decir que se han creado con la intención de enseñar algún tipo de concepto. O
pueden ser textos moralizantes, creados con la intención de transmitir una
moral. Por ejemplo las fábulas. En muchas ocasiones podemos confundir los
textos literarios con paraliterarios, pero un texto literario no tiene como
intención principal ser didáctico y/o moralizante, aunque se pueden emplear
como didácticos o moralizantes. En diversas ocasiones de un texto literario
hemos extraído valores y actitudes implícitos en el texto, pese a que la
intención principal del texto no sea transmitir dichos valores y actitudes.
La literatura infantil es una literatura creada para un receptor que es un niño, teniendo en cuenta las características de dicho receptor tanto psicológicas y sociales como físicas.
Cervera creó un tipo nuevo de literatura, la
literatura ganada; la cual es un grupo de textos literarios no infantiles pero
que han sufrido una serie de adaptaciones y que han podido llegar a ser
dirigidos a niños. Un ejemplo muy conocido por todos es Caperucita Roja.
Historia que fue creada para adultos pero que con el paso de los años y el
“boca a boca” ha sufrido una serie de adaptaciones, donde se han omitido
escenas determinadas de la historia, para así poder ser contada a niños.
La literatura infantil, al igual que la literatura
de adultos, se divide en tres grandes géneros: teatro, poesía y prosa. Aristóteles
realizó una primera división, la cual se diferencia de la que conocemos
actualmente, ya que toda la literatura era en verso.
Literatura Actual Literatura
Aristóteles
Teatro Dramática
Poesía Lírica
Prosa Épica
El
teatro es un género de transmisión oral y más que
literatura teatral es representación teatral. Son textos de difícil acceso y
están escritos para ser leídos e interpretados. Están compuestos por frases
cortas y sencillas y en muchos casos están escritos en verso, ya que favorece
su memorización.
La dramática son textos que están escritos en verso hasta
el S. IXX con Don Álvaro O La Fuerza Del Sino, obra que fue escrita mitad en
verso y mitad en prosa.
La
poesía deriva del género lírico, aunque también puede ser lírica y
narrativa. En la literatura infantil escasea la literatura lírica ya que es muy
complicado reflejar los sentimientos de un niño. Lorca fue prácticamente el
único autor clásico que escribía literatura infantil aunque la temática no
estaba vinculada con los intereses de los niños. Era o moralizante o una poesía
escrita para adultos, con mentalidad de adultos, pero para niños.
El lagarto está llorando (F.Gª. Lorca)
El lagarto está
llorando.
La lagarta está
llorando.
El lagarto y la
lagarta
con delantalitos
blancos.
Han perdido sin
querer
su anillo de
desposados.
¡Ay! su anillito de
plomo,
¡ay! su anillito
plomado
Un cielo grande y
sin gente
monta en su globo a
los pájaros.
El sol, capitán
redondo,
lleva un chaleco de
raso.
¡Miradlos qué
viejos son!
¡Qué viejos son los
lagartos!
¡Ay, cómo lloran y
lloran!
¡Ay, ay, cómo están llorando!
La poesía es el género que pone más énfasis en los
sentimientos del receptor. Gloria Fuertes revolucionó la literatura, dio a
conocer unos poemas ingleses caracterizados por el absurdo argumental y la rima
fácil sonora (nursery rimes) a este género se le conoce como Nonsense y son
textos cortos y con rimas fáciles y forzadas.
LA VACA LLORONA (Gloria Fuertes)
La
vaca está triste,
Muge
lastimera,
Ni
duerme, ni bebe
Ni
pasta en la hierba.
La
vaca está triste,
Porque
a su chotito
Se lo
han llevado
Los
carniceros
Al
mercado.
Está
tan delgada,
La
vaca de Elena
Que
en vez de dar leche,
Da
pena.
La lírica
expresa sentimientos, deseo, pensamientos. No puede estar vinculada a la
poesía/verso, ya que esto tan sólo es una clasificación de organización del
texto. Se puede decir que está vinculada con la poesía lírica.
La
prosa es un diálogo entre el autor y el receptor. La
evolución va de una prosa moralizante a una literatura que tiene en cuenta a
los niños. El que trate temas de niños no quiere decir que sea literatura
infantil, para ello tiene que transmitir pensamientos, sensaciones de niños con
un lenguaje cercano. Los personajes han de ser planos es decir, que se definen por una única característica o
cambia a lo contrario). Al principio en la literatura era todo irreal y
actualmente es muy realista. Los vicios y actitudes que se reflejaban, se
transforman en actitudes positivas y negativas. Un libro infantil siempre
termina con un halo de esperanza abierto para que el lector imagine su final.
Las actitudes positivas y negativas se transforman en actitudes que van a hacer
que las personas sean más felices o infelices en su vida. Cuando lo lees te das
cuenta de que las actitudes positivas hacen felices a las personas.
Un ejemplo de literatura infantil en prosa que hemos puesto en común en clase es Oliver Button Es Una Nena (leer online y Compra online )
La épica narra historias y por ello se ha relacionado
con la prosa, por que Aristóteles lo definió como una forma de narración y la
mayor parte de la narración es prosa.
Como docentes, nuestro objetivo es buscar libros
adecuados y motivadores para nuestros alumnos. Para ello, debemos analizar la
adecuación y la motivación. Hasta ahora nunca me había parado a analizar un libro, me basaba en clasificarlos en
“Me Gusta” “No Me Gusta”, sin profundizar en aspectos más concretos del libro.
No basta con leerse el resumen de la contraportada de un libro para saber si es adecuado.
Debemos tener en cuenta aspectos como el título, el
autor y los ilustradores, la antigüedad del libro y realizar entonces una
primera hipótesis de edad. Una vez hayamos analizado estos aspectos debemos
estudiar el formato del libro, es decir las características más visuales como
es el aspecto externo, las ilustraciones, el tipo de letra (tamaño,
interlineado, espacio entre caracteres, etc) Y por último debemos fijarnos en
los contenidos, es decir, en el tema, la estructura, los personajes, los
valores, contravalores y el lenguaje empleado.
A la hora de elegir un libro debemos basarnos
en el análisis realizado previamente sobre el libro y también en las
etapas de desarrollo de los niños, adecuándonos a sus características e
intereses. Una vez realizado este estudio podremos decidir si
es el libro adecuado para nuestros alumnos (ejemplo del análisis de un libro realizado para esta asignatura).
Durante mi periodo de prácticas me he dado cuenta
que muchos profesores no elijen el libro de lectura de sus alumnos por ser un
libro motivador y adecuado para los niños, sino porque es el libro
recomendado/regalado por la editorial. En muchas ocasiones, el profesor no se ha
leído el libro previamente y ni muchísimo menos ha realizado un estudio de
diferentes libros, para así escoger el más adecuado, limitándose a amontonar en
la biblioteca de aula libros que son rechazados y/o ignorados por sus alumnos y en muchas ocasiones, por el profesor. Este aspecto debería preocuparnos como docentes ya que está en nuestras manos
el fomentar el gusto por la lectura a nuestros alumnos, y si no escogemos
libros adecuados y motivadores y no tenemos en cuenta las características e
intereses de nuestros alumnos, no podremos realizar una buena selección de
libros y la lectura será un aspecto rechazado por los alumnos, como pasa en diversas
ocasiones.
Cuando yo era estudiante de primaria he tenido
profesores que no han escogido bien las lecturas de clase y durante esa época apenas he leído. También he tenido maestros que han sabido transmitirme el gusto
por la lectura a través de recomendaciones de libros, de actividades de
animación a la lectura, y durante esos cursos he leído muchísimo. Siendo la
misma niña, es sorprendente cómo puede cambiar mi gusto por la lectura. Esto demuestra que la mayor parte de
las veces la actitud que tenga el profesor, será la actitud que adopten sus
alumnos.
En mi tiempo de prácticas he tenido la suerte de
aprender de una maestra verdaderamente vocacional, que demuestra cada día que
disfruta con su trabajo y se esfuerza por sacar a delante a sus alumnos. Ella
le da gran importancia a la lectura, ya que cuando leemos trabajamos muchos
aspectos que son necesarios y por tanto importantes (ortografía, imaginación,
expresión, comprensión, agilidad, vocabulario, etc). Durante el curso,
siguiendo la forma de trabajo del centro, los alumnos han de leer y trabajar
tres lecturas obligatorias elegidas por el departamento de lengua del centro. Previamente, antes de empezar la lectura de cualquier libro realiza actividades
para acercar a los alumnos y transmitirles curiosidad y ganas por leerlo. Durante
su lectura les introduce preguntas y temas de debate a raíz de lo que han
leído. Tras finalizar el libro se realizan diversas actividades al margen del
trabajo por escrito que deben realizar dando su opinión y analizando las
características y aspectos más relevantes del libro.
A parte de las tres lecturas obligatorias, la
maestra les proporciona una selección de libros, realizada por ella misma. Son
libros muy dispares, pero todos tienen en común que son adecuados para los
alumnos, los cuales pueden elegir qué libro leer según sus gustos e intereses. Tras la lectura del mismo se
realizará una presentación del libro a la clase donde el lector dará su opinión
y animará al resto de sus compañeros (si lo cree oportuno) a leerse el libro.
En las clases de esta profesora si observamos las
mochilas y cajoneras de los alumnos, todos tienen uno o dos libros que se están
leyendo, y las estanterías de la clase están llenas de libros. Cada trimestre
la profesora les presenta a un grupo de libros que forman parte de la
biblioteca de aula, para que así los alumnos puedan conocer mejor los libros
por los que se compone su biblioteca. En muchas ocasiones las bibliotecas de
aula están llenas de libros y los alumnos se bloquean y agobian al ver tantos
libros que no saben qué libros elegir, en cambio si realizamos una breve
presentación, los alumnos pueden ir haciéndose una pequeña idea de los libros
que quieren leerse próximamente.
¡Qué importante es realizar bien
nuestro trabajo
como maestros!
Tengo la suerte de haber tenido una profesora que me
ha sabido transmitir la importancia de la literatura y me ha hecho ponerme en
la piel de una maestra, gracias a actividades como el análisis de un libro, la
realización de una adaptación, búsqueda de links y recursos interesantes
relacionados con la literatura, etc.
Actividades así me hacen darme cuenta de que ser maestro no es fácil,
pero que si realizas bien tu trabajo y disfrutas haciéndolo, los resultados que
obtienes son asombrosos y muy gratificantes. Merece la pena hacer bien las
cosas.
No siempre me ha gustado leer, ya que los libros que
me han hecho trabajar en el colegio la mayoría de las ocasiones eran de todo
menos adecuados y motivadores. Realmente no he sido consciente de lo importante que es la labor como maestro a la hora de escoger las lecturas, hasta que no he llegado a la universidad y he trabajado esta asignatura, profundizando a
través de las entradas voluntarias en temas propuestos en clase. He podido encontrar un montón de recursos e ideas que están a nuestra disposición y que
como profesores deberíamos tener en cuenta. Realizar este blog ha sido abrir
una ventana a la realidad. A medida que he ido realizando entradas he aprendido
y madurado y asentado mi concepto de educación y he reflexionado sobre muchos
aspectos que hasta esta asignatura no me había planteado.
Cuando sea maestra espero saber transmitir el gusto
por la lectura, espero saber realizar un estudio adecuado de las lecturas de
aula y no caer en los tópicos y errores de muchos de los profesores tradicionales. Espero ser una maestra que no caiga en
la rutina, sino que disponga de recursos e ideas y que sepa emplearlas de tal
manera que hagan dinámicas y productivas mis clases. Espero ser de las maestras
a las que se les recuerde por haber sabido transmitir el gusanillo por la
lectura.
A todos nos gustan que nos cuenten cuentos. Que nos
cuenten cuentos sin ninguna intención, sin tener que hacer luego una actividad
sobre el cuento, sin tener que prestar una extrema atención, sin tener que
estar tensos pensando en las actividades de después. Que nos cuenten cuentos
para disfrutar sin más. Contar cuentos sin ninguna intención moralizante y sin
explicar enseñanzas que podemos obtener del libro. Es importante
leer y contar cuentos, como ya he expuesto en otras reflexiones, para que los
alumnos desarrollen su gusto por la lectura, para que disfruten, para
introducirlos en mundos de fantasía e imaginación, es importante para
desarrollar su actitud crítica, para que tengan autonomía de decisión, es
importante para trabajar la comprensión. Comprensión entendida no como
memorización y repetición, sino como interacción entre el lector y la obra en
un espacio y situación determinados, únicos e irrepetibles, aportando
conocimientos previos e interpretando así lo leído. Este aprendizaje es lento,
pero si se lo imponemos y obligamos les estaremos privando de un derecho y de unas
oportunidades magníficas.
Un profesor tiene la oportunidad de proporcionar las herramientas adecuadas y necesarias para que sus alumnos puedan construirse y formarse como personas. No debemos desperdiciar esta oportunidad.
He tenido etapas en mi vida en las que no he leído
prácticamente nada y épocas en las que he leído muchísimo. Parto de la base que me gusta leer, pero me resulta curioso, que durante este cuatrimestre el número de lecturas que he realizado ha sido
más alto y variado que nunca. ¿Coincidencia? Sinceramente, no lo creo.
Perfecto.
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