La literatura clásica es una herencia que
la mayor parte de las veces no sabemos apreciar. Principalmente este
infravaloración se produce como consecuencia de su manera de trabajo en la
escuela. Cuando yo era estudiante de Ed. Primaria apenas se estudiaban autores
clásicos, más allá de Cervantes o Lorca, y una vez que llegas a cursos
superiores de la Educación Secundaria Obligatoria, el modo de abordar la
literatura es estudiar una lista interminable de autores con sus obras y
contexto histórico y sabiendo a qué género literario pertenece. Estos datos
están muy bien si estuviesen contextualizados y se pudiera detener a estudiar
la trama de la obra o las etapas principales de los autores. Pero actualmente
prima más la cantidad que la calidad, por lo que se intenta memorizar una gran
cantidad de materia en el menor tiempo posible, de esta manera los estudiantes
sienten rechazo ante este tipo de estudio, ya que es muy sencillo confundir un
autor o una obra y mezclar contextos históricos, ya que para el estudiante no
existe apenas relación entre unos aspectos y otros porque no se ha trabajado de
la manera adecuada, y al terminar el examen lo más probable es que apenas
recuerde lo estudiado.
La propuesta realizada para trabajar una
semana cultural literaria, me pareció una idea magnífica, ya que yo nunca había
trabajado semanas culturales en el colegio, y mucho menos literarias. En todo
caso trabaje semanas solidarias o semanas dedicadas al inglés o a la ciencia,
pero no a la literatura.
Las semanas culturales me parecen una gran
idea para trabajar la literatura, ya que puedes construir un conocimiento mucho
más completo y de una manera mucho más divertida, que si llegas a clase y
memorizas una lista de autores y obras. Las semanas culturales es una propuesta
muy dinámica y útil para acercar a los alumnos a un tema determinado, abordando
un mismo tema desde todas las materias. Al formar los alumnos parte de este
proceso de creación de un espacio y unos contenidos, trabajados de forma
dinámica, los conocimientos que adquieran en esa semana será muy difícil que se
olviden de ellos.
En mi tiempo de prácticas he aprendido de
una profesora que era tutora de 4º de Ed. Primaria y era profesora de Lengua en
6º de Ed. Primaria, lo cual es una suerte, ya que he podido ver cómo se trabaja
la asignatura de Lengua Castellana en dos ciclos diferentes. Me centraré más en
el modo de trabajo de 6º de Ed. Primaria, ya que en 4º de Ed. Primaria se
centraron más en trabajar las reglas ortográficas.
En las clases de Lengua de 6º de Ed.
Primaria he podido vivir cómo trabajaban los tres grandes géneros de la
Literatura, teatro, prosa y poesía. Me ha llamado la atención que se centrasen
principalmente en estudiar las características de cada género pero sin
mencionar autores y obras, únicamente había un pequeño recuadro en la esquina
inferior izquierda de la página que mencionaba al autor más destacado y su obra
más importante, de cada género, en toda la historia de la literatura. Los
ejemplos que proporcionaba el libro de texto, sobre cada género literario, en
lugar de emplear obras clásicas, eran ejemplos de obras desconocidas actuales.
Esto no me parece mal, pero ya que estudian las características de la
literatura clásica sería conveniente ejemplificarlos con obras clásicas.
Al finalizar cada género literario, la
profesora proponía trabajos de investigación sobre el autor y la obra al que
hacía referencia el libro de texto, pero estos trabajos no eran puestos en
común en clase, sino que eran expuestos en el corcho del aula.
Cuando comenté en el centro la idea de las
semanas culturales y la actividad que yo tenía que realizar, aproveché para
preguntar si se había realizado alguna semana cultural en el centro, pese a que
la conversación se centró principalmente en preguntarme en qué consistía mi
actividad y en darme ideas para llevarla a cabo, pudimos hablar de las semanas
culturales realizadas en el centro. De la semana cultural que principalmente me
hablaron fue de una realizada en el 2009 sobre la amistad, la cual tuvo gran
éxito, ya que participaron todos los alumnos del centro y los padres estuvieron
muy involucrados. El centro está muy orgulloso de esa semana cultural y ha
colgado, en uno de los corredores del centro, uno de los carteles que emplearon
para anunciar su semana cultural. Aparte, en el centro se han realizado semanas
culturales donde trabajan distintos valores, y el departamento de inglés
realiza todos los años una semana cultural (realizada durante las clases de
inglés) donde elaboran murales y representaciones teatrales e investigan sobre
un autor y sus obras. Suelen tener mucho éxito entre los padres y los
profesores; los alumnos dicen que les gusta porque aprenden jugando pero que a
veces es un poco “rollo” porque todos los años hacen lo mismo.
Me llamó la atención
que se interesasen tanto por mi actividad, les pareció una idea muy creativa y
les sorprendió gratamente que en la universidad nos pidiesen programar una
semana cultural. Los profesores tenían muy buenas ideas y tenían ganas de
presentarlas, todas ellas muy creativas y que me han ayudado mucho en la
realización de mi actividad.
Me encantaría
trabajar en un colegio en el que se llevasen a cabo semanas culturales en todos
los cursos. Me parece muy interesante ver cómo se adapta un tema concreto
dependiendo de los cursos a los que se plantea. A su vez creo que el proceso de
creación de una semana cultural, pese a ser muy laborioso, une mucho a la
comunidad escolar, y fomenta el trabajo en equipo, la creatividad, el ingenio,
el aprendizaje significativo y es una manera de relacionar todas las
asignaturas, consiguiendo así un aprendizaje completo.
En ocasiones es
difícil llevar a la práctica estas semanas culturales, ya que debemos ceñirnos
a la forma de trabajo del centro, pero podemos realizar “mini semanas
culturales”, por ejemplo si trabajamos un tema de la literatura clásica, en las
clases de lengua trabajar la ortografía en textos relacionados con el tema
elegido, en conocimiento del medio estudiar el contexto histórico, adaptado a
nuestros alumnos, en matemáticas plantear problemas cuyos personajes sean los
personajes de la obra literaria que se está trabajando, etc. Son pequeñas
aportaciones, pero es una manera de trabajar y reforzar el conocimiento, y a
los alumnos les resultará más atractivo que simplemente memorizar.
En mi semana cultural he intentado ir variando
las actividades planteando actividades de dramatización, deportivas,
artísticas, de debate, etc. para no aburrir a los alumnos y que les resulte una
semana dinámica y atractiva. He fomentado mucho el trabajo en grupo, el ingenio
y la creatividad. Aspectos muy importantes que no siempre se trabajan en la
escuela. Es bueno motivar a los alumnos con premios, no tienen porque ser
materiales, para que sientan que su trabajo y esfuerzo son recompensados.
Esta actividad creo
que será un ejercicio al que recurriremos cuando seamos profesores para
llevarla acabo o para tomarla como ejemplo a la hora de realizar nuevas semanas
culturales. Pudiendo comprobar si nos hemos ajustado al tiempo planteado, si
hay el número suficiente de actividades o si es adecuada al curso al que va
dirigida la semana cultural.
Con propuestas como las semanas culturales
se fomenta el trabajo y el estudio para aprender, en lugar de fomentar el
estudiar para aprobar. Este aspecto lo considero muy importante, por lo que me
parece una herramienta totalmente útil y perfectamente viable, ya que he podido
investigar en blogs de profesores y de centros educativos semanas culturales
que se han llevado a cabo y he podido encontrar auténticas maravillas. Las
semanas culturales enseñan y unen tanto a alumnos como a profesores.
Perfecto.
ResponderEliminar